martes, septiembre 07, 2010

Soluciones de izquierdas PABLO PRIETO FERNÁNDEZ

Soluciones de izquierdas PABLO PRIETO FERNÁNDEZ 06 Sep 2010

El PSOE renuncia a afrontar la crisis desde la izquierda. Zapatero ya no habla de derechos, ahora los desmantela. Los socialistas recurren a las viejas recetas de la derecha (las mismas que fracasaron en otras ocasiones y en otros lugares): reducción del gasto público y desmantelamiento del Estado del Bienestar. La dictadura de los mercados se ha impuesto.
Zapatero es fuerte con los débiles y débil con los fuertes. Carga todo el peso de la crisis sobre las espaldas de los jóvenes, trabajadores y pensionistas mientras las grandes fortunas de este país permanecen convenientemente protegidas. Se apropia del programa económico del laboratorio político de la derecha, FAES: reforma el mercado laboral, garantizando un despido fácil y barato; recorta las pensiones, provocando más pobreza en las personas mayores; sacrifica las políticas sociales, alejándonos más de la convergencia real con Europa; y renuncia a invertir para estimular la actividad económica, manteniendo la sangría del paro y retrasando la salida de la crisis.

El Gobierno socialista no reforma el sistema financiero (sólo privatiza las cajas de ahorro), no toca los impuestos para garantizar más justicia fiscal ni lucha contra el fraude y la economía sumergida (la recaudación entre 2007 y 2009 cayó casi seis veces más en España que la media de la UE-27). Zapatero prefiere recortar las pensiones a recuperar el Impuesto sobre el Patrimonio que suprimió en 2008. Un impuesto que sólo pagaban menos de un millón de ciudadanos (es decir, cuatro de cada cien españoles) y que supuso una recaudación de más de 2.000 millones de euros el último ejercicio en vigor, una cantidad superior al presupuesto del Estado para desarrollar de la Ley de la Dependencia este año (unos 1.600 millones) o más del triple del “ahorro” que supone el recorte de pensiones en este país (600 millones).
En vez de declarar la guerra a la paro y estimular la recuperación económica, el principal objetivo del Gobierno es recuperar la confianza de los mercados. Mejor dicho, la confianza de los tiburones. Parece que los mismos que han provocado el crack financiero, los que nos han metido en este pozo, son los únicos que pueden decidir el camino que debemos recorrer. Paradojas de estos tiempos.
La lucha contra el déficit se ha convertido en la coartada perfecta para asestar el golpe de gracia al Estado del Bienestar. Eliminando los servicios públicos se abren nuevas oportunidades de negocio. El mejor ejemplo es el último objetivo fijado por el Gobierno de Zapatero: el sistema público de pensiones. Un país con casi 47 millones de habitantes constituye un nuevo (y apetitoso) yacimiento de mercado para los grandes grupos financieros. Tras la reforma del sistema se esconde el verdadero objetivo: impulsar los fondos privados. Cuando las sociedades se sumergen en la incertidumbre suelen darse condiciones óptimas para negocios muy lucrativos.
Sin embargo, el principal problema no es el déficit sino el estancamiento de nuestra economía. Y el responsable de la deuda pública no es el gasto social sino la descomunal movilización de recursos públicos para evitar el colapso del sistema financiero. Evitamos el derrumbe de los bancos con el dinero de todos pero el grifo del crédito sigue sin llegar a las pequeñas y medianas empresas o a las familias (afortunadamente teníamos uno de los sistemas financieros más sólidos de Europa…). El Estado rescata bancos y sacrifica a las personas.
Tiene razón Zapatero cuando sostiene que las decisiones que tomemos ahora marcarán el país que tendremos durante los próximos 20 años. Por primera vez en muchas décadas, los hijos disfrutarán de peores condiciones laborales y menores niveles de protección social que sus padres. En vez de avanzar, retrocederemos. Es posible que asistamos a un hecho histórico: que en apenas un puñado de meses se destruyan avances que han costado siglos de movilización y lucha.
Hay alternativa a las viejas recetas de la derecha. Hay soluciones de izquierdas, hay una salida más justa a la crisis. Los gobiernos han rescatado a los bancos, ahora es el momento de rescatar a las personas. El principal objetivo deber ser la lucha contra el paro. Hay que invertir para estimular la actividad económica, para generar empleo y acelerar la recuperación. Necesitamos otro modelo productivo, alejado de la especulación y la economía de casino, y eso supone, entre otras cosas, apostar por el desarrollo tecnológico y la innovación en sectores como la industria o por un sector estratégico como son las energías renovables.
Necesitamos un país más justo, comparable con los países europeos más avanzados. Y eso supone sacar del subdesarrollo a nuestro Estado del Bienestar, desarrollar servicios públicos como las Escuelas de Infancia –para niños y niñas de 0 a 3 años-, la red de servicios de atención domiciliaria o de atención a la Dependencia. De esta forma se alcanzaría un triple objetivo: crear empleo de calidad, facilitar la incorporación de la mujer al mercado laboral e impulsar la conciliación de la vida laboral y familiar a miles de parejas jóvenes.

Podemos salir de esta crisis por el camino de la derecha: condenando a precariedad perpetua a los jóvenes, desmantelado el Estado del Bienestar, provocando un abismo insuperable con los países de la UE más avanzados, incrementando la desigualdad económica y social en el país… O podemos salir de la crisis por el camino de la izquierda: distribuyendo los sacrificios y protegiendo a los más débiles, impulsando una amplia reforma fiscal para que los que más tienen paguen más, reforzando la educación y la sanidad públicas, configurando unos servicios sociales capaces de dar respuesta a las nuevas demandas, sentando las bases de un modelo productivo más sostenible…
La huelga general del 29 de septiembre es la oportunidad para obligar a rectificar al Gobierno, para obligar al PSOE a impulsar otra gestión de la crisis, para lograr un cambio de rumbo en este país. Esperamos que el Presidente Zapatero no repita el mismo error que Aznar: no oír el clamor de un país que sale a la calle para defender soluciones de izquierdas frente a la crisis.
Pablo Prieto Fernández forma parte de la Ejecutiva Federal de Izquierda Unida

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