viernes, julio 09, 2010

El sistema educativo echa de clase a los repetidores. Un informe revela que el 88% de los alumnos que fracasan en la ESO deja los estudios

El sistema educativo echa de clase a los repetidores. Un informe revela que el 88% de los alumnos que fracasan en la ESO deja los estudios. La rigidez del marco escolar y el débil modelo productivo lastran la formación de los jóvenes. DIEGO BARCALA MADRID 09/07/2010 00:10 foto: La falta de atención en clase es una característica fundamental de los repetidores que, en cambio, no son especialmente conflictivos.m. patxot.
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Los repetidores de curso acaban dejando los estudios. Esta afirmación es un lugar común para cualquier director de instituto medianamente informado pero es la clave para entender por qué la educación en España languidece en las estadísticas de la Unión Europea. El estudio Fracaso y abandono escolar en España de la Fundación La Caixa revela que la rigidez de la ESO y el Bachillerato empobrece la formación de los jóvenes. La conclusión se extrae tras analizar 850 expedientes de alumnos que fracasaron en sus estudios.
Un 88% de los chicos que llevan algún año de retraso en Secundaria no prosigue con sus estudios, advierte el informe. "Las repeticiones son la gran perversión del sistema educativo. En los mejores países de Europa no se repite curso salvo en casos muy excepcionales. Es obvio. El repetidor no gana nada y son muy pocos los que consiguen salir adelante después", explica el catedrático de Sociología de la Universidad de Salamanca Mariano Fernández Enguita.
El diagnóstico del estudio es compartido por el Ministerio de Educación, que estudia desde hace años cómo hacer el sistema más flexible. Desde la época de Mercedes Cabrera como ministra, en 2006, el Gobierno ha promovido modificaciones que ayudan a los malos estudiantes a seguir adelante en el Bachillerato y en la FP de Grado Medio (entre 16 y 18 años).
Cabrera trató, sin éxito, de cambiar con un decreto el paso de curso en Bachillerato. Y su sucesor, Ángel Gabilondo, se ha marcado como objetivo una reforma de la Ley Orgánica de Educación negociada en el Parlamento. Los sectores conservadores siempre han criticado estas iniciativas, pero las estadísticas internacionales no engañan. "Los informes que miden el rendimiento escolar, como el PISA de la OCDE, detallan diferencias pequeñas que en abandono y fracaso escolar se hacen enormes. Es decir, los problemas son estructurales", concluye Fernández Enguita.
Datos de optimismo
Además de la rigidez del sistema, otros defectos que contribuyen al futuro abandono escolar se manifiestan desde Primaria, donde un 10% de los alumnos ya acumula algún curso de retraso. En estos casos, se trata de falta de motivación en los niños. No obstante, hay datos que aportan optimismo: el porcentaje de alumnos que completa un nivel medio de estudios ha crecido un 11% en los últimos 15 años.
Las tasas de fracaso escolar y de abandono rondan el 30% en España, el doble de la media de la UE. El informe de la Fundación La Caixa aporta un puñado de causas. "El absentismo tanto fuera como dentro de clase, el difícil cambio de Primaria a Secundaria y la formación de los padres son determinantes", destaca el sociólogo de la Universidad de Salamanca Luis Mena.
En opinión de Mena, el análisis de los 850 expedientes académicos desmonta algunos tópicos. Los alumnos que repiten curso no son especialmente conflictivos en clase y sus familias sí están implicadas en su formación. "El cambio de centro, del colegio al instituto, es un elemento influyente en estos fenómenos y nunca suele ser tenido en cuenta para explicar por qué los alumnos fracasan", advierte Mena.
El análisis de los datos por autonomías alerta sobre las desigualdades según el entorno laboral. En comunidades ricas como el Comunitat Valenciana y Balears, el porcentaje de abandono escolar está por encima del resto. "La oferta de empleo fácil no cualificado dificulta la permanencia en el sistema de los jóvenes", dice el informe. Un entorno laboral cimentado en el turismo y la construcción empuja a los jóvenes a trabajar sin formación. La consecuencia, en época de crisis, es una masa de más de un 50% de parados que apenas cuenta con la formación obligatoria en su currículo.
"En estos casos, el abandono no se vive como algo negativo sino como el acceso a la madurez, a una identidad plena tradicionalista que lleva al sector masculino al trabajo y al sector femenino a formar una familia", explica Fernández Enguita. Este sociólogo sostiene que el avance hacia la sociedad de la información ha provocado que la escuela "compita por ser la puerta del conocimiento. Ha perdido el monopolio y el atractivo para las nuevas generaciones".
Niños repetidores con sólo 10 años

10% acumula retrasos desde la infancia
De los alumnos que finalmente abandonan los estudios, un 88% ya ha repetido algún curso. De hecho, a los 10 años, uno de cada diez alumnos no está en el curso que le corresponde por su edad.

28% con problemas de disciplina
Pese a lo que podría parecer, sólo un 28% de los alumnos que abandonan sus estudios de manera prematura tiene problemas disciplinarios. El principal problema registrado en los expedientes analizados está relacionado con el absentismo dentro y fuera del aula.

Los repetidores se atascan en la ESO. 13/12 JESÚS LOZANO/EFE
Dos escolares madrileños leen y comentan sentados a las puertas de un instituto de Enseñanza Secundaria Obligatoria. · Autor: EFE
Hay alumnos que terminan la Primaria sin haber asimilado las competencias básicas y pasan a Secundaria, donde arrastran un déficit. Si no hay base, no pueden seguir el ritmo”, explica a Efe el presidente de la Asociación Nacional de Catedráticos de Instituto (Ancaba), Felipe de Vicente, como una de las causas de las repeticiones.
Según las estadísticas, cuatro de cada diez alumnos (cinco si son varones) llegan al último año de la educación obligatoria (cuarto de ESO) con más de 15 años (edad idónea para ese curso), de lo que se deduce que antes han repetido alguna vez. Entre estos, el 35% comienza a descolgarse en Primaria y el 65% en Secundaria.
“Este desfase influye en la baja tasa de titulaciones en Secundaria Obligatoria e incide en el abandono escolar prematuro”, constata el Consejo Escolar del Estado en su último informe, referido al curso 2007-2008.
Son asuntos que están en las conversaciones con vistas a un pacto social y político por la educación propuesto por el Gobierno, donde también se analizan la rigidez del sistema educativo, la estructura y duración del Bachillerato y la modernización de la FP.
Los 15 años son también la edad de referencia de la evaluación internacional de alumnos PISA. En su última edición (2006), el nivel de comprensión lectora de los españoles bajó de forma “muy notable”, el de matemáticas fue “ligeramente inferior” y el de ciencias apenas varió en comparación con 2003, con resultados inferiores a la media ponderada de la OCDE.
¿Por qué se falla en matemáticas o en comprensión lectora? “Estamos en una sociedad audiovisual. Los chicos ven la televisión y no leen libros. Es la razón fundamental”, responde De Vicente, que es catedrático de Historia.
La portavoz de la Asociación de Profesores de Secundaria (APS) de enseñanza pública, Blanca García Olmos, opina que se ha bajado el nivel de exigencia tanto que los que pueden y les gustaría estudiar “se aburren y se desenganchan”.
García Olmos, que ha enseñado Latín, Griego y Cultura Clásica en la ESO durante 14 años, comenta a Efe que la estructura del sistema es “nefasta”, los alumnos “sólo pueden repetir una vez” en Primaria y pasan a Secundaria, asegura, con deficiencias que ya no se pueden corregir.
En ESO tampoco es posible repetir más de dos cursos, así que un alumno puede acumular “muchísimos suspensos” y no pasará “nunca” al Bachillerato, asegura.
“Realmente, el fracasado es el sistema que tenemos. Con la LOE, no ha cambiado nada”, apostilla García Olmos.
Sin embargo, el presidente de Ancaba matiza que las repeticiones pueden deberse a varias causas: enfermedad o problemas familiares del estudiante o hijos de extranjeros incorporados tardíamente al sistema educativo, aunque también menciona los “objetores escolares”.
Los estudiantes de origen inmigrante son el 10% de todos los no universitarios.
Sólo un 33% de los de primera generación (los padres y ellos han nacido en el extranjero) de la escuela pública están escolarizados en el curso que les corresponde por edad, y llegan al 51,52% en la privada concertada, según un estudio de los profesores de la Universidad Complutense Daniel Santín y Javier Salinas, publicado por la Fundación Alternativas.
El informe asegura que los inmigrantes repiten más y rinden menos que los españoles en la escuela pública, pero la distancia de resultados entre ambos grupos de alumnos es menor o inversa en los centros privados. En el rendimiento influyen el nivel cultural y socio-económico de los padres y el efecto de los compañeros.
Sobre los muchachos que reniegan de la escuela, De Vicente indica que se sienten forzados a asistir a clase, sin ningún interés por aprender, mantienen una actitud negativa y a veces hacen novillos, principalmente en los últimos cursos de ESO.
“Con dos objetores que tengas en el aula, tienes un problema –certifica García Olmos–. Están todo el rato molestando e impidiendo dar clase. Perjudican a todo el grupo”.
Con medias que rondan el 30%, aunque hay variaciones significativas entre comunidades y sexos, “las principales debilidades de España en materia educativa continúan siendo las elevadas tasas de fracaso escolar y de abandono prematuro, que prácticamente doblan la media de la UE”, reconoce sin tapujos el Gobierno en el informe de 2009 del Programa Nacional de Reformas.
Su reducción es el reto principal de la política educativa, a pesar de que la matriculación haya aumentado el curso pasado en la Secundaria postobligatoria (1,2% en Bachillerato y 5,9% FP), lo que podría relacionarse con la crisis económica.
El Consejo Escolar coincide en que el problema más grave es la baja tasa de éxito académico en la ESO.
Según ha anunciado recientemente la Comisión Europea, la UE no cumplirá los objetivos de mejora educativa de 2010 y España, concretamente, ha empeorado en la mayoría de los indicadores esenciales.
El titular de Educación, Ángel Gabilondo, replicó que la situación española es mejor y que los datos de la Comisión “no están actualizados”. El ministro ha destacado la escolarización gratuita de prácticamente todos los niños de entre 3 y 6 años, y que la inversión pública en educación ha subido a casi el 5% del PIB.
Las evaluaciones PISA permiten comprobar que la repetición no es solución, principalmente si no se acompaña de atención específica.
El Ministerio de Educación ha multiplicado los Programas de Apoyo y Refuerzo para estudiantes de Primaria y ESO (PROA), que comenzaron en 600 centros (2005) y este curso se aplican en 3.500. De ellos se benefician 310.000 alumnos (240.000 en ESO).
Cofinanciados al 50% por las Comunidades Autónomas, la administración central habrá invertido cerca de 200 millones de euros en cinco años.
Según las encuestas, la mayoría de profesores opina que los PROA mejoran los hábitos de lectura y reducen el absentismo escolar.
“Si tuviéramos un modelo de educación más individualizada, no haría falta la repetición”, atestigua el presidente de Ancaba.

La gran mayoría de los alumnos que repiten curso se atascan en Secundaria. Cuatro de cada diez menores llegan al último curso de la educación obligatoria con más de 15 años · El nivel cultural y socioeconómico de los padres es parte fundamental en el rendimiento de los jóvenes
R. DE LA VILLA · J. LOZANO / MADRID |04.01.2010
Durante la Educación Primaria se dan las primeras dificultades para los alumnos que se retrasan, sin embargo, es en Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) donde se estancan y la mayoría de ellos repite. Este es uno de los síntomas que posteriormente puede convertirse en fracaso escolar y abandono prematuro de los estudios.
El presidente de la Asociación Nacional de Catedráticos de Instituto (Ancaba), Felipe de Vicente, explica que una de las causas de las repeticiones es que existen alumnos que al terminar la etapa de Primaria no han asimilado por completo las competencias básicas y, sin embargo, pasan a Secundaria arrastrando un déficit, por lo que "si no hay base, no pueden seguir el ritmo".

Según las estadísticas, cuatro de cada diez alumnos, de los cuáles cinco son varones, llegan al último año de la educación obligatoria (cuarto de ESO) con más de 15 años (edad idónea para ese curso), de lo que se deduce que antes han repetido alguna vez. Entre éstos, el 35% comienza a descolgarse en Primaria y el 65% en Secundaria.
El Consejo Escolar del Estado en su último informe, referido al curso 2007-2008, afirma que estos datos son la base para entender la baja tasa de titulaciones en ESO y el abandono escolar prematuro.
Todos estos asuntos están presentes en las conversaciones con vistas a un pacto social y político por la educación propuesto por el Gobierno, donde también se analizan la rigidez del sistema educativo, la estructura y duración del Bachillerato y la modernización de la FP.
Los 15 años son también la edad de referencia de la evaluación internacional de alumnos PISA. En su última edición, la de 2006, el nivel de comprensión lectora de los españoles bajó de forma considerable, el de Matemáticas también fue inferior pero en menor escala que el caso anterior y el de ciencias apenas varió en comparación con 2003, con resultados inferiores a la media ponderada de la OCDE.
La portavoz de la Asociación de Profesores de Secundaria (APS) de enseñanza pública, Blanca García Olmos, opina que se ha bajado el nivel de exigencia, tanto que los que pueden y les gustaría estudiar "se aburren y se desenganchan".
García Olmos, que ha enseñado Latín, Griego y Cultura Clásica en la ESO durante 14 años, añade que la estructura del sistema no es la correcta. Entre otros motivos porque los alumnos "sólo pueden repetir una vez" en Primaria y pasan a Secundaria "con deficiencias que ya no se pueden corregir". En el caso de la etapa educativa de Secundaria tampoco es posible repetir más de dos cursos.
Sin embargo, el presidente de Ancaba matiza a este respecto que las repeticiones pueden deberse a varias causas: enfermedad o problemas familiares del estudiante o hijos de extranjeros incorporados tardíamente al sistema educativo, aunque también menciona a los "objetores escolares".

En cuanto al papel que juegan los inmigrantes en la escuela, las cifras demuestran que un 10% de los estudiantes no universitarios representan a este colectivo de la sociedad.
Sólo un 33% de los de primera generación (los padres y ellos han nacido en el extranjero) de la escuela pública están escolarizados en el curso que les corresponde por edad, y llegan al 51% o 52% en la privada concertada, según un estudio de los profesores de la Universidad Complutense Daniel Santín y Javier Salinas, publicado por la Fundación Alternativas.
El informe asegura que los inmigrantes repiten más y rinden menos que los españoles en la escuela pública, pero la distancia de resultados entre ambos grupos de alumnos es menor e incluso inversa en el caso de los centros privados.
Según estos datos, el nivel cultural y socioeconómico de los padres y el efecto de los compañeros son fundamentales en el rendimiento del alumnado.

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