jueves, marzo 20, 2008

El acoso sexual hay que poder denunciarlo. El 10% de las trabajadoras lo recibe pero suele silenciarlo por la falta de apoyo empresarial

GESTIÓN Y FORMACIÓN. El acoso sexual hay que poder denunciarlo. El 10% de las trabajadoras recibe presiones de este tipo, pero suele silenciarlo por la falta de apoyo empresarial. BORJA VILASECA. NEGOCIOS - 17-02-2008
Te sientes cómoda trabajando junto a tu jefe y a tus compañeros? ¿Te han intimidado o chantajeado para mantener relaciones sexuales? ¿Te has reprimido de explicar ciertos incidentes por miedo a perder tu trabajo? Éstas son algunas de las preguntas más frecuentes que los expertos en psicología laboral suelen hacer a mujeres que pueden estar siendo víctimas de acoso sexual.
No en vano, una de cada 10 trabajadoras españolas ha padecido este tipo de violencia física y psicológica, según el Instituto de la Mujer. El 2,1% lo ha afrontado a un nivel "muy grave", lo que implica "abrazos, besos y tocamientos no deseados; presión para conseguir sexo a cambio de mejoras laborales o incluso bajo amenazas de despido". El 3,6% de las asalariadas, por otro lado, reconoce haber sido acosada de forma "grave", siendo "preguntadas acerca de su vida sexual y sobre la posibilidad de mantener relaciones fuera del trabajo".
En orden a frenar esta escalada de violencia psicológica, la Ley de Igualdad penaliza con sanciones de entre 3.000 y 90.000 euros a los acosadores, así como a sus empresas, que "deben impulsar, junto con los sindicatos, planes de formación, prevención y protección para que este acoso pueda ser denunciado", señala Carmen Bravo, secretaria confederal de la mujer de CC OO. A su juicio, "el silencio de las víctimas es lo que da fuerza a los acosadores".
En esta misma línea apunta la psicóloga Luisa Velasco, subinspectora de la policía local de Salamanca, que imparte cursos de formación para prevenirlo: "El acoso sexual es difícil sacarlo a la luz por su dificultad de probar los hechos, ya que los incidentes más graves suelen llevarse a cabo en ambientes privados, lejos de cualquier testigo neutro". Además, "es un tema muy incómodo, tanto social como profesionalmente". Ésta es la razón por la que en un 75% de los casos la víctima permanece callada. Y lo cierto es que en caso de comunicarlo, la mitad de las veces la empresa "no hace nada", según el Instituto de la Mujer.
"Hoy por hoy, a las organizaciones les importa más la imagen que puedan dar al exterior que resolver sus problemas internos", lamenta la socióloga Carme Alemany, experta en acoso sexual. "No se trata de caer en el paternalismo, pero sí de promover la igualdad a través de mecanismos internos que posibiliten la verbalización de una problemática apenas visible, pero que merma la calidad laboral de muchas mujeres".
Complejo de inferioridad
Aunque existen casos en los que el hombre es el acosado, normalmente ejerce el rol de acosador. Para Miguel Pérez, profesor de psicopatología de la Universidad de Salamanca, "los acosadores suelen padecer complejo de inferioridad, por lo que persiguen los favores sexuales de sus víctimas para sentirse superiores".
Así, el acoso sexual "esconde el anhelo de conseguir y preservar el poder sobre los demás", sostiene este experto. No en vano, "se trata de personas que tras una fachada fría, dura e intimidadora, suelen ser extremadamente frágiles y vulnerables, temiendo ser dominados, controlados o heridos por sus jefes y demás compañeros de trabajo". Es la paradoja de la condición humana: "Los acosadores hacen a los demás justamente aquello que no quieren que les hagan a ellos".

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