domingo, septiembre 02, 2007

Haggis y Loach abren las trincheras en la 64ª Mostra de Venecia: It's a free world & In the valley of Elah

Cada ser humano es único, irrepetible. Pero la humanidad, en su conjunto, forma una materia prima inagotable y barata: carne para la guerra, músculo para el trabajo, una montaña de vida hecha para consumir y ser consumida. Dos películas tremendas sobre las miserias de la sociedad y la política retorcieron ayer las entrañas del público de la Mostra, y establecieron el nivel máximo alcanzado hasta ahora por el certamen veneciano. Paul Haggis, con una obra maravillosa sobre la guerra de Irak, y Ken Loach, con una obra sobre inmigración y trabajo precario, recibieron grandes ovaciones.
Haggis, muy celebrado por la truculenta Crash, no exhibe el horror de la guerra. Se limita a inyectarlo en el espectador, que sale del cine como quien emerge de una trinchera. In the valley of Elah, en referencia al valle cananeo donde se enfrentaron David y Goliat, contiene sólo un puñado de fotogramas bélicos, confusos e insignificantes. No hay higadillos, ni sangre, ni montones de cadáveres. La tragedia está en otra parte, oculta en el corazón devastado de los soldados. Uno de ellos, un muchacho corriente, desaparece durante un permiso. Su padre, un oficial retirado de la policía militar, decide buscarle, suponiendo que no estará muy lejos de Fort Bragg, su base en Estados Unidos. La búsqueda conduce al fondo del infierno...

It's a free world (Un mundo libre), el último trabajo del cineasta británico, abre la caja torácica de las empresas de empleo temporal. Sólo cerrando los ojos ante ese espectáculo de tumores se puede pasar de largo. Loach es socialista y gozosamente demagogo, pero muestra la verdad: quien acepta la actual situación (la precariedad, la explotación, el chantaje permanente) necesita escudarse en la tesis de que la economía, como en otro tiempo el Estado, vale más que la humanidad. Y esa tesis conduce a conclusiones temibles.
Esa tesis, la del valor supremo del dinero, es la de todos. Es nuestro ahorro, nuestro futuro, nuestro trabajo, nuestra pensión, el bienestar de nuestros hijos. Cerramos los ojos, ignoramos los gritos de las víctimas (o acaso las compadecemos un momento), y confiamos en que el Moloch del mercado se cebe en cualquier otro...
*Oliver Stone rodará una película sobre el presidente de Irán Mahmud Ahmadineyad

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