martes, septiembre 18, 2007

Greenpeace dice:"No a las bombas de racimo" a Instalaza en el Pilar de Zaragoza

ACCIÓN.- Escaladores de Greenpeace despliegan en la Basílica del Pilar una pancarta gigante para denunciar que en Aragón se fabrican bombas de racimo
Voluntarios de la organización han formado una pirámide de dos metros con zapatos recogidos en toda España como símbolo de la mutilación que causan estas bombas.
18 de septiembre de 2007.- Activistas de la organización ecologista y pacifista Greenpeace están realizando, desde primera hora de la mañana, una acción directa no violenta en la Plaza del Pilar de Zaragoza, para denunciar que en España (y concretamente en Zaragoza) se están fabricando bombas de racimo que podrían ser vendidas a países en conflicto. Los activistas han descolgado una pancarta de unos 200 metros cuadrados en la basílica del Pilar, con el lema “Por la paz: no a las bombas de racimo”.
Al mismo tiempo, Greenpeace está exhibiendo una pirámide de zapatos en recuerdo de las personas mutiladas por las bombas de racimo que nunca más volverán a usar los suyos y una pancarta donde se lee: “Instalaza fabrica bombas de racimo”, en referencia a la empresa que fabrica las bombas.

Con esta acción, Greenpeace reclama que Instalaza, una de las empresas españolas que se dedica al negocio de las armas y que tiene su sede social en Zaragoza, deje de fabricar armas de racimo. Instalaza es uno de los fabricantes españoles de este tipo de explosivos, concretamente la munición de mortero MAT-120 con 21 submuniciones. En los últimos dos años ha vendido este armamento al ejército por un valor que ronda los tres millones de euros.
“El argumento de la empresa de que sus armas son ‘modernas’ e incorporan mecanismos de autodestrucción no es cierto. La última prueba la tuvimos en 2006 en Líbano, donde un millón de submuniciones quedó esparcido en el territorio sin explotar”- aseguró Mabel González, responsable de la campaña de Desarme de Greenpeace.
Las bombas de racimo se han usado en todos los últimos grandes conflictos (Kosovo, Afganistán, Irak, Líbano…) y tienen un impacto brutal sobre las poblaciones.: un 98% de sus víctimas son civiles, especialmente los niños, que se sienten atraídos por sus colores y formas llamativas. Afectan principalmente a la población civil, ya que el contenedor principal se abre en el aire diseminando una enorme cantidad de bombas que cubren grandes extensiones de terreno de manera indiscriminada. Muchas submuniciones no explotan al impactar y suponen una amenaza de muerte o mutilación para cualquiera durante muchos años, por lo que estas zonas quedan despobladas e inutilizadas.
“Desde Greenpeace exigimos al Gobierno español la prohibición de la fabricación, almacenamiento y venta de bombas de racimo y que el ejército renuncie a su arsenal. Además, demandamos a las empresas españolas que con carácter inmediato dejen de fabricar este tipo de armento indiscriminado”, concluyó Mabel González, desde la plaza del Pilar.

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