viernes, marzo 14, 2008

Amnistía Internacional contra la violencia a las niñas en la escuela. Derecho de las niñas a escuelas seguras

Como cada año, el pasado 8 de marzo Amnistía Internacional se unió en la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, un día idóneo para denunciar que a diario, hay niñas que son agredidas de camino a la escuela o cuando ya están en ella. Algunas sufren amenazas de agresión sexual de otros estudiantes, ofertas de notas más altas por parte de profesores a cambio de favores sexuales, e incluso son violadas en la sala de profesores.
El resultado es que innumerables niñas no llegan a ir a la escuela o abandonan sus estudios.

Amnistía Internacional pide a los Estados que actúen para cumplir con su obligación de hacer de las escuelas un lugar seguro para ellas. Puedes descargarte aquí el informe de Amnistía Internacional Escuelas seguras, el derecho de cada niña. Y si tu situación económica te lo permite, puedes hacer un donativo a Amnistía Internacional. La independencia no tiene precio.

En todo el mundo las niñas sufren violencia en la escuela y su entorno a manos del profesorado, el personal del centro escolar u otros estudiantes. Son agredidas de camino a la escuela o en los patios escolares. Sufren amenazas de agresión sexual de otros estudiantes, son obligadas por los profesores a mantener relaciones sexuales, e incluso son violadas en la sala de profesores.
Según estudios y encuestas, en Malawi, el 50 por ciento de las niñas escolarizadas afirmaba haber sido tocadas por profesores o compañeros con intención sexual.
En Estados Unidos, el 83 por ciento de las estudiantes de 12 a 16 años sufría alguna forma de acoso sexual.
En Tanzania, entre 2003 y 2006 se expulsó de las escuelas a más de 14.000 alumnas de educación primaria y secundaria porque se habían quedado embarazadas.
El acoso sexual en la escuela está generalizado en la República Dominicana, Honduras, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá y otros países de Latinoamérica.
La violencia hace que muchas niñas no lleguen a ir a la escuela, abandonen los estudios o no participen plenamente en la vida escolar. Los efectos son dolor, miedo, baja autoestima, enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados y depresión.

Todas las niñas tienen derecho a la educación en un entorno seguro, respetuoso y no discriminatorio.

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