jueves, enero 10, 2008

Un sacerdote solidario denuncia la persecución que sufre por parte del PP y la Iglesia

Por su "forma de trabajar con la gente más pobre" y "la lucha por la justicia". Un sacerdote solidario denuncia la persecución que sufre por parte del PP y la Iglesia.
DAVID MARTÍN.
Un sacerdote abulense, José Antonio Jiménez Blas, ha recibido durante los últimos años numerosos ataques a consecuencia de lo que él mismo denomina “lucha por la justicia”. De hecho, el presidente popular de la Diputación de Ávila, Agustín González, llegó incluso a promover la retirada de una subvención que había solicitado Jiménez Blas para la reforma de tres iglesias de la serranía abulense, utilizando para ello una excusa que ha sido desestimada por los tribunales. Ahora la Justicia le ha dado la razón al párroco, al que se le había solicitado la devolución de 148.000 euros de la subvención, y que sin embargo no tendrá que desembolsar este dinero. El sacerdote ha ganado esta lucha después de años de persecución, pese a no contar con el apoyo del obispado, al que acusa de "connivencia" con el PP de Ávila.
Pero el conflicto comenzó en 1998. Ese año se inició una “campaña” contra José Antonio Jiménez Blas. Campaña que continuaría a lo largo de los años por “mi forma de trabajar con la gente más pobre” y la “lucha por la justicia” que llevan al sacerdote a chocar con los intereses de los “poderes fácticos de Ávila”.
"Poderes fácticos"
Y entre estos “poderes fácticos” está el presidente de la Diputación Provincial de Ávila, el popular Agustín González. González es también presidente de Asider (Asociación Intermunicipal para el Desarrollo Rural de la Comarca Barco-Piedrahíta-Gredos). Y fue Asider la asociación a través de la cual José Antonio Jiménez Blas obtuvo una subvención para reparar tres iglesias. Pero las ayudas no llegaron completas. Asider sólo entregó 148.000 euros destinados a las reparaciones de la iglesia de San Martín de la Vega del Alberche, excluyendo los otros edificios.
Documentos
Fue entonces cuando Agustín González comenzó a pedir documentos a José Antonio Jiménez Blas relacionados con las reformas realizadas en las iglesias. Entre estos documentos había algunos “lógicos”, según reconoce Jiménez Blas. Pero González llegó a pedirle los documentos de la excensión del IVA y aunque supuestamente le fue entregada (sin ser necesario), Jiménez Blas afirma que González “no lo tiene por recibido”.
Denuncia
Basándose en la supuesta falta de este documento, Agustín González presentó una denuncia en nombre de Asider para tratar de conseguir los 148.000 de la subvención acordada que ya habían sido desembolsados. Y ahora los tribunales le han quitado la razón al presidente de la Diputación de Ávila y se la han dado a José Antonio Jiménez Blas. Este dinero no tendrá que ser devuelto porque la demanda de González ha sido desestimada.
Episodios
Pero éste es sólo el final de uno de los muchos episodios que viene padeciendo José Antonio Jiménez Blas. El párroco, conocido como el “cura rojo”, parece haber pagado el precio de sus reivindicaciones y de sus conflictos con la Diputación Provincial. Ha sido apartado de las parroquias donde quería continuar ejerciendo y ha sido trasladado, pese a las quejas de los vecinos, a la iglesia de San Vicente en Ávila capital.
"Presiones"
De hecho lleva años “recibiendo presiones de todo tipo”, tanto por parte del poder político como del religioso, representado en la provincia por el obispo Jesús García Burillo. A juicio de Jiménez Blas, las “presiones” por parte del obispo para no entrar en conflicto con la Diputación Provincial y las consecuencias de haber continuado firme en su “lucha por la justicia” demuestran que existe una “connivencia entre el poder político y el poder religioso en Ávila”.
"Ser libre"
“Intento ser libre” y vivir con arreglo “a lo que creo”. Ésa es la filosofía de José Antonio Jiménez Blas, y por esa filosofía cree que lleva años chocando con los “poderes fácticos” de Ávila. Jiménez Blas informó a El Plural de la campaña que supuestamente pusieron en marcha contra él hace años estos poderes. De hecho, el sacerdote llegó incluso a aparecer en Diario de Ávila como una persona que “se quedaba con dinero” de las subvenciones que recibía, por lo que este periódico fue condenado a rectificar y a pagar una multa de 1.500 euros, según el sacerdote.
Trabajos
Pero pese a todas estas dificultades, José Antonio Jiménez Blas ha continuado desarrollando su labor conforme a su filosofía. Una filosofía que le llevó a pedir una subvención para mejorar la calidad de vida de las personas más pobres de la serranía abulense, que sería denegada al mismo tiempo que continuaba la campaña contra el “cura rojo”. dmartin@elplural.com

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