miércoles, octubre 17, 2007

'Tengo una pregunta para usted', con Llamazares, Duran Lleida y Carod-Rovira, atrajo al 22,2% de la audiencia

'Tengo una pregunta para usted', con Llamazares, Duran Lleida y Carod-Rovira, atrajo al 22,2% de la audiencia. JUANMA ROMERO - Madrid - 16/10/2007 23:11
No hubo café con leche esta vez. O la cornada astuta sobre los sueldos. Tengo una pregunta para usted, la tercera tanda después de sendas entrevistas de 100 ciudadanos a José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, se saldó sin el titular 100% anecdótico.
Pero a cambio sobró mucha acritud. Aspereza en estado puro. No pasó con Gaspar Llamazares o Josep Antoni Duran i Lleida, los primeros en desfilar por el plató, sino con Josep Lluís Carod-Rovira. El vicepresidente catalán tocó todos los palos, polemizó con la mayoría. Sabía que jugaba en campo contrario y no dejó de reafirmarse como un "independentista, no nacionalista". La irritación subió enteros con un detalle aparentemente trivial. Dos invitados de Valladolid insistieron en llamarle "José Luis". "No, no, Josep Lluís", precisó. "Yo me llamo así aquí y en la China, y usted no tiene derecho a modificar mi nombre". El vicepresidente catalán achacó al "menosprecio a la lengua catalana" la desafección de España hacia Cataluña.
Carod tocó todos los palos. La bandera española, la quema de fotos del Rey, el Estatuto de Cataluña, los diálogos que protagonizó en Perpiñán con ETA ("Ninguna idea política vale una gota de sangre", dijo)... y las selecciones nacionales.
La anécdota del programa estuvo a punto de caer ya con el primer protagonista, Gaspar Llamazares. Antonio Tato, jubilado y de Madrid, le preguntó al coordinador de IU por las pensiones de los diputados y el derecho a una indemnización después de dejar el Congreso. “Todos se han puesto de acuerdo para cobrarlo”, le reprochó. "Se han asegurado como si fueran obreros de una empresa privada".
Llamazares intentó defender la parcela sin jugar al desdén: “Para trabajar en política, hace falta un compromiso temporal. Yo mismo tuve que abandonar mi profesión. Lo lógico es que cuando vuelva, igual que cualquier trabajador, tenga una indemnización”.
Para entonces, Llamazares ya había relajado el semblante. Le hizo falta. Porque después le llegó su pequeña llovizna. Sobre Cuba y la defensa de las libertades. El navarro Alejandro Palacios no entendía por qué “un partido como IU, defensor de la democracia”, apoyaba la dictadura de Fidel Castro. “Nuestra opinión es que es una revolución cercada, de excepción. Necesita reformas. Y para ello la política no puede ser el embargo o el bloqueo”.

Tensión con el velo
Llamazares no se encontró, contra todo pronóstico, muchas cuestiones sobre la crisis interna de IU. Tampoco su gestión fue muy contestada –“apenas le hemos visto en esta legislatura” fue la pulla más grave–. Sí emergieron, con todo, las disonancias de IU con Ezker Batua y el apoyo de ésta al lehendakari. Llamazares se limitó a comprometerse con el “diálogo” y con el Estado federal. Reiteró que la propuesta de Juan José Ibarretxe es "una iniciativa legítima" que puede "discutirse" y por la que "no hay que encausar" al presidente vasco, ya que, según defendió, no existe "peligro de división" en España.
La puerta de la tensión se abrió de par en par para Josep Antoni Duran Lleida, el segundo invitado, no por temas internos. Ni por conflictos en la “casa del catalanismo”, como diría Artur Mas, ni con las perspectivas futuras de la federación. Fue con el velo. La marroquí Rachida-El Rhoumari se enzarzó con el dirigente de CiU por el uso de la prenda musulmana.
Duran, que en 35 minutos ha tenido tiempo para responder a 17 preguntas, ha subrayado que "en la medida en que el velo sea la expresión de una religión, no tengo nada que objetar", aunque ha matizado que, si el velo no se lleva voluntariamente sino por obligación de los padres, entonces es diferente.
"Para mí todas las culturas no tienen el mismo valor. La nuestra es una cultura basada en los derechos humanos y en el respeto a la igualdad entre hombre y mujer". "Yo creo, con todos mis respetos, que ustedes llevan más retraso", le llegó a decir a la mujer.
Duran no dio pistas de su estrategia de 2008. “¿Qué no cedería?”, le repitió Silvia Muñoz. El refugio seguro fueron las medidas económicas, “el modelo de sociedad”. Ni palabra del Estatut.
Sí apuntó de soslayo a Esquerra Republicana y a su presidente, Carod, por la mala imagen de Cataluña. "Ese anticatalanismo, que no es voluntarioso, hay que romperlo. No tiene sentido. Algunos darán motivo para ello. Yo no quiero más que los demás para Cataluña. No es que no quiera que Madrid tenga buenas carreteras, es que quiero que tenga lo mismo. O un aeropuerto que conectara Barcelona con el resto del mundo. No lo planteo contra nadie".
Tengo una pregunta para usted se trabajó en su tercera entrega 60 preguntas. Llamazares, Duran y Carod eludieron bajar al ejemplo, como en su día hizo Mariano Rajoy. Prefirieron no salirse de los corsés del discurso oficial, aunque empleando la cordialidad. Ocupando el espacio del plató y mostrando naturalidad, eso sí. Aunque la vitola de polémico la llevará, probablemente, sólo uno: el vicepresidente catalán.
El programa, emitido en el prime time de La 1, cosechó un 22,2% de la audiencia, según datos de Sofres.
* Carod riñe a una España que ve "fracasada" como proyecto plural

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