miércoles, agosto 01, 2007

Campo de golf ecológico: sin césped, sin gasto de agua, sin pesticidas

REPORTAJE: ECOLOGÍA Aquí no hay 'green' Sin césped, sin agua, sin pesticidas. El campo de golf Quijorna, en Madrid, es ecológico SILVIA BLANCO 29/07/2007
Enormes y verdes alfombras de hierba perfecta, milimétricamente cortada. Una laguna aquí, una loma allá. Alrededor, pulcras urbanizaciones privadas y, un poco más allá, tal vez el mar. Si esta es la imagen clásica que se tiene de un campo de golf, las encinas y los arbustos de Quijorna, en Madrid, evocan más bien la de un amplio secarral de 18 hoyos.
Ni rastro de césped. Aquí crece de forma natural la grama, verde en invierno y amarillenta ahora en verano. No se riega, no se abona, no se fumiga. Éste es un campo de golf natural. Y junto a cada banderita, todo lo que hay es arena y esforzados jugadores tratando de controlar la bola. "Hacer un par aquí se cotiza alto", comenta Paco López, director e impulsor, hace seis años, de Quijorna golf, a unos 40 kilómetros al suroeste de Madrid. Dejó la docencia de educación física para dedicarse al deporte que más le gusta y crear un campo sostenible con escuela de golf. "Hay que desterrar la idea de que éste es un deporte de élite que derrocha agua. Es cierto que el golf se ha utilizado como reclamo turístico para construir casas y destrozar el litoral. Pero también es una herramienta educativa y de interés social, que puede ser ecológico. Para jugar al golf no hace falta un campo de césped impecable. Es como decir que para alojarse en un hotel éste sólo puede ser de cinco estrellas", argumenta.
En España hay 307.038 golfistas federados, cerca del número de licencias expedidas para, por ejemplo, baloncesto (320.543 en 2006). En Andalucía es donde se concentran más campos de golf, 92, el 83% asociados a promociones urbanísticas. Y se prevé la construcción de otros 200 más, como recoge el informe publicado por Greenpeace Destrucción a toda costa.
La rentabilidad económica de los campos es considerable: España es el destino líder en Europa de turismo de golf, en un negocio que movía en 2005 casi mil millones de euros, según datos de Turespaña. ¿El motivo? La temperatura suave que durante todo el año permite jugar, sobre todo en las zonas de costa como Valencia o Andalucía.
Un campo de golf consume al año unos 700.000 metros cúbicos de agua, el abastecimiento medio de una población de 12.000 habitantes en el mismo periodo. "No se está pagando el coste real del agua en el golf ni en agricultura. Pero, aunque pudiera pagarse, si hay escasez hídrica no puede prevalecer el beneficio económico sobre el consumo humano ni sobre el medio ambiente", advierte Eduardo Mestre, director de la Tribuna del agua de Expo Zaragoza 2008.
En Quijorna el consumo de agua para riego es cero. Hasta ahora. El plan para dentro de dos años es plantar hierba "en lugares estratégicos", indica Paco López: el green (el área que rodea al hoyo) y el antegreen. "Aquí hay una filosofía de desarrollo sostenible. Tenemos 300 abonados, pero éste es un campo duro, difícil para alguien acostumbrado a uno verde y es complicado controlar el bote, porque se respeta la orografía y la vegetación autóctona. Si queremos ser una alternativa realista a los campos de césped, tenemos que incluir hierba sólo en esas zonas, una mezcla de grama y cespitosa, abonada con enmienda natural". Con todo, asegura López, "reducimos el consumo de agua un 80% respecto a un campo de 18 hoyos, donde se riegan unos 300.000 metros cuadrados. Nosotros regaríamos sólo 50.000".
Otra alternativa al campo de golf convencional puede ser el césped artificial. Un equipo de investigadores del Instituto de Biomecánica de Valencia acaba de presentar el resultado de un año y medio de trabajo, pionero en España, aunque muy desarrollado en Estados Unidos. Se trata de una especie de manto de hierba, como una alfombra cosida al suelo, muy parecido al de los campos de fútbol. Y, como quien pasa la aspiradora por el salón, "sólo requiere una limpieza semanal con agua de la que se usa para limpiar las calles y un cepillado diario para que no quede aplastada", explica David Rosa, coordinador de este proyecto, Golfturf.

LA SUPERFICIE REGADA ES 20 VECES MENOR Golf 'ecológico' en Quijorna AFP
El 'tee' del hoyo 1 de Qujorna. (Foto: AFP)
QUIJORNA (MADRID).- Jugar al golf mientras España padece una de las peores sequías de los últimos 60 años puede ser un lujo escandaloso, salvo para quienes se conforman con una hierba menos verde de lo habitual. Como los propietarios del primer campo de golf 'ecológico de España, el de Quijorna, en las afueras de Madrid.
Mientras el agua escasea en la mayor parte del país, unos 300 clubes de golf españoles aparecen como insolentes oasis verdes, especialmente en la Comunidad de Madrid.
Adaptándose a esta preocupación, un apasionado del golf acaba de inaugurar, con la ayuda municipal, un terreno de juego "ecológico", con una superficie regada entre diez y veinte veces menos que una de hierba ordinaria.
Junto al verde club de golf de Villanueva de la Cañada, ubicado en un paisaje semidesértico a una treintena de kilómetros al oeste de la capital española, el club de golf de Quijorna puede aparecer empalidecido, con su hierba amarillenta y su suelo agrietado por el calor.
"Tenemos una filosofía de uso responsable del agua", explica Paco López, de 48 años, presidente del club de golf que consume unos 100 m3 de agua por año, "o sea lo que se consume en un hogar".
"De todas maneras, un paisaje como el que vemos en este momento no es normal, porque nos encontramos en un ciclo de sequías", destaca este profesor de educación física con sombrero de paja, coincidiendo con los pronósticos de las organizaciones ecologistas de la existencia de un nuevo ciclo seco similar al del lustro 1990-95.
Según Greenpeace, un club de golf normal consume por año unos 700.000 m3 de agua, el mismo volumen que 15.000 personas. "En los 28 clubes de golf madrileños, sólo dos riegan con aguas recicladas, respetando la legislación", afirmó Julio Barea, miembro de esa asociación ecologista.
La Confederación hidrográfica del Tajo (CHT), dependiente del ministerio de Medio Ambiente, inició en junio expedientes sancionadores contra diez de ellos por "uso ilegal del agua". Los propietarios de los clubes de golf habrían cavado pozos subterráneos sin autorización o recurrieron a aguas depuradas.

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