viernes, marzo 24, 2006

Leo Bassi en "La Revelación" en defensa de la razón y contra el oscurantismo

La Revelación, según Leo Bassi:
Nuestra época vive una profunda paradoja. El país que más ha hecho en el último siglo por ampliar el perímetro del saber humano y desarrollar los beneficios de la tecnología, se ha vuelto loco y predica el oscurantismo. El poder de los evangelistas es poco conocido en Europa, pero en Estados Unidos se ha trasformado en la mayor fuerza política. Son propietarios de grandes cadenas de televisión y de periódicos, y consiguen influenciar profundamente la sociedad americana.
Según el prestigioso instituto de sondeo Galup*, 72% de los adultos afirma que la Biblia nos enseña los orígenes del universo y el 45% piensa que Dios ha creado al Hombre hace menos de 10.000 años. Estos últimos datos nos permiten entender por qué, hoy, uno de los grandes acontecimientos que se discuten en los tribunales de EE.UU es saber si Darwin y la Evolución deben ser enseñadas a los niños en las escuelas.
Y aún hay más. Chicos con camisas blancas de manga corta y la corbata reglamentaria se pasean por todo el tercer mundo en busca de adeptos y no dudan en intercambiar a Jesús por un misil Cruise si el personal se muestra poco convencido.
Hasta ahora la sociedad europea ha podido vivir sin hacer demasiado caso a estas aberraciones, pero la situación se está complicando y los síntomas ya se empiezan a notar también aquí:
No sólo a la Iglesia Católica se le ha olvidado el Concilio Vaticano II y el Islam se ha radicalizado, sino que además el mundo laico nos está traicionando.
Un mundo laico triste, sin rumbo, a la deriva y que no ha sabido renovar sus ideales perdiendo su capacidad de hacernos soñar. Y es ahí en este vacío donde crece la ignorancia y las respuestas fáciles que tiran por tierra siglos de luchas políticas y filosóficas para liberarse del Amor sofocante de un Dios totalitario.
Los Bufones, antigua institución y parte también esencial de la tradición laica, siempre han sido profundamente conscientes de lo que puede pasar cuando se pierde la batalla de la racionalidad, ya que son los más expuestos cuando las tinieblas vuelven. Por esto Leo Bassi decide anticiparse a los tiempos y llevar la guerra al campo del enemigo desafiando todas las teologías monoteístas con LA REVELACION. En el Nombre de la Razón: Que tiemble la Fe.

Javier Vallejo en El País.
Leo Bassi reivindica una Europa laica y ataca el nacional evangelicalismo estadounidense en La Revelación, espectáculo que representa en Santiago de Compostela, Lleida y Madrid.

¿Qué fue del teatro políticamente comprometido? En Italia, Dario Fo aparte, hay un movimiento duradero, la orazione civile, impulsado por actores decididos a airear asuntos de gravedad silenciados. La tradición británica cristaliza hoy en autores como David Hare, Kay Adehesad y Carril Churcill. Tras su éxito en Londres, Tejas verdes, obra de Fermín Cabal sobre los desaparecidos en la dictadura chilena, se estrena en Polonia, Venezuela, Estados Unidos, Australia... En La revelación, que se representa el 5 de agosto en el Festiclown, de Santiago de Compostela, Leo Bassi navega entre el cabaré literario alemán y el teatro de variedades. Bassi es uno de los mejores griots españoles, con Pepe Rubianes y El Brujo. Sale a escena a pecho descubierto y le habla al público a los ojos. Al comienzo de La revelación, dramatiza un viaje pastoral de Benedicto XVI: el Papa, encarnado por Bassi, pide perdón en España por los crímenes de la Inquisición y por las matanzas de indígenas, anuncia que la Iglesia se compromete a distribuir preservativos en África, y ofrece uno a los dos curas que lo escoltan. ¿Es una parodia irrespetuosa? Más bien, una manera de evidenciar la falta de respeto al prójimo que entraña la condena del preservativo.

Bassi es ateo, y da fe. Durante un documental, aparece en Brasil, en medio de una reunión de veinte mil evangélicos, con un cartel que reza:"No creo en Dios." Y en el reverso: "Sócrates te ama". ¿Provocación? "Los evangélicos se están comiendo el país. Están formando la futura generación de empresarios", le dice al público. "Hay que ir por ellos. Cada vez que veáis a dos mormonos Biblia en mano, preguntadles: "¿Habéis leído a Sócrates?". Bassi mete en idéntico saco al fundamentalismo evangélico estadounidense y a la Iglesia católica. "Todos los males de Europa vienen del Siglo de las luces", prosigue, citando, dice, el último libro de Juan Pablo II. "El Papa anterior habla mal de Voltaire, y peor de René Descartes. Éste, para él, es el diablo". El cómico pasa a comentar episodios de la Biblia.

Al hablar de Jesucristo, me recuerda al Fo que parodiaba los evangelios apócrifos en Misterio bufo, hace veinte años. Luego, formula algunas preguntas inteligentes: "¿Por qué los animales terrestres fueron condenados al diluvio, mientras los peces veían su territorio ampliado? ¿Por qué el israelita fue el pueblo escogido? Porque el autor de un libro escribe siempre a su favor".

Entre tiradas de texto, Bassi intercala momentos de acción pura. En el papel de Benedicto XVI, se marca un baile hip hop formidable. Tras comentar la Biblia, se quita zapatos y calcetines, y hace antipodismo con un piano falso: lo voltea, lo sostiene sobre un pie, lo gira con ambos vertiginosamente...Tiene momentos inspirados. En uno, enlaza orgánicamente un pasaje sobre el Dios tonante del Antiguo Testamento con un discurso guerrero de Bush. En otro, baila la muerte del cisne blanco de El lago de los cisnes, se sienta un unos escalones al pie de una cruz, compone con su cuerpo una figura plástica, arroja el libro de Juan Pablo II a un rincón, y, cabeza sobre puño, acaba de perfilar con lentitud pantomímica la figura de El pensador, de Rodin. Esto arrancó una ovación en el estreno en Madrid.
Cualquiera hubiera acabado el espectáculo aquí. Bassi lo continua. Proyecta diapositivas de unas indígenas de Tierra de Fuego. Son de hace 60 años: "Eva y sus hijas, hablando con los animales, sin haber comido la fruta prohibida". De otra comenta: "Adán y sus hermanos. No está solo con Eva. Así es más lógico que como lo cuenta la Biblia". En la tercera, se ve a un chamán intentando, dice Bassi, penetrar el espíritu de un árbol. Las fotos son de un libro, cuyo autor, un jesuita, se desnudó, y se quedó con los indígenas. El cómico se desnuda, se hace pintar el cuerpo de colores, como el chamán, y se coloca una máscara idéntica. Parece que el espectáculo cómico va a tener un final ritual, pero no: Bassi se autocritica. "Tengo la sensación de ser un hombre de 50 años haciendo el gilipollas, y una víctima más del jardín del Edén, porque no me he quitado los calzoncillos". Y con este giro brechtiano, La Revelación vuela hacia el final.

www.leobassi.com

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